Muchas veces, a lo largo de mi vida, se me ha preguntado cuál es la mejor decisión para la empresa: aquella que se toma individualmente o la que se acuerda por consenso en un comité. Y siempre he contestado lo mismo: dependerá del tipo de decisión, de su inmediatez y de las circunstancias en que se encuentre la empresa. Aun cuando, por regla general, en el término medio está la virtud.
En los actuales momentos de crisis se echa en falta decisiones individuales tomadas con determinación, rapidez, experiencia, conocimiento, seriedad y sobre todo con mucho sentido común. El reverso de la moneda lo representa las decisiones adoptadas por comités a los que se acude, - en la mayoría de las ocasiones, - con la finalidad de diluir la responsabilidad, para ocultar la falta de experiencia, o por falta de coraje e iniciativa prefiriendo el acierto del grupo al fracaso personal.Hace falta gente con iniciativa Se necesitan hoy, -y seriamente- hombres que puedan llevarle un mensaje a García. ¿Pero qué significa esto?. Representa decir: “Si, lo haré”. Me explicaré. Allá por Febrero de 1899, Elbert Hubbard escribió un ensayo bajo el título “Un mensaje a Garcia” , en el que relataba brevemente la historia de un soldado estadounidense, Rowan, que es llamado para entregar, de parte del presidente de los EE.UU un mensaje al jefe de los rebeldes, el general García, que resistía emboscado en la sierra cubana, en el curso de la guerra entre España y EE.UU. Ninguna comunicación podía llegar ni por correo ni por teléfono. ¿Que hacer? En ese momento alguien dijo al presidente: “Sí, es posible encontrar a García, conozco a un tal Rowan que lo hará.” Buscaron a Rowan y le entregaron la carta para el general Garcia. Rowan la tomó y después de atravesar un país hostil y en guerra, a las tres semanas entrego a García el mensaje del que era portador. Rowan ni siquiera preguntó: “¿En donde le encuentro?”
Hoy los gobiernos y la industria pierden miles de millones de euros a causa de los incompetentes que sueltan frases tales como se me olvidó, es muy difícil hacerlo, no me fijé, no lo encontré, no es culpa mía, ya lo ordené, no lo puedo hacer, intentaré hacerlo… pero muy poca gente contesta “lo haré”.
Tomar la iniciativa o tener iniciativa es una de las cosas que se nos quiere hacer ver en esta breve y simple historia. En estos tiempos, donde predomina la falta de iniciativa, la capacidad de emprender y donde predominan, - tanto en la empresa privada como en la función pública, - la superficialidad, la falta de autocrítica, la exigencia sin contrapartidas, los incrementos salariales con independencia de la situación por la que atraviese la empresa o la economía en general, es cuando más se debería actualizar la enseñanza del soldado Rowan y contar con el mayor número de ejemplos como el del protagonista del ensayo referido.La burocracia que todo lo para
La sociedad actual busca esa clase de hombres. El hombre que al entregarle una carta para García no hace preguntas tontas, no acude a las evasivas, no la arrojará a la primera alcantarilla que encuentre y cumple el objetivo que se le ha encomendado. Ese hombre nunca se quedará sin trabajo ni tendrá que declararse en huelga.
Como dijo Ludwig von Mises en 1945: “Es cierto que los burócratas ya no son servidores públicos de la ciudadanía sino sus dueños y tiranos, irresponsables y arbitrarios. Pero ello no es culpa de la burocracia. Es el resultado del nuevo sistema de gobierno que restringe la libertad de las personas para manejar sus propios asuntos y que asigna cada vez más funciones al gobierno. El culpable no es el burócrata sino el sistema político.”
Weber, al desarrollar su teoría sobre la burocracia sostenía que ésta se presenta como una empresa u organización en donde el papeleo se multiplica y crece, impidiendo soluciones rápidas o eficientes y donde los reglamentos y las rutinas pueden producir la ineficiencia de la Organización.
Después de tantos años de aquella historia, o del pensamiento de Weber, las sociedades occidentales inmersas en una profunda crisis económica y de valores deberían reflexionar e incentivar la promoción de los muchos soldados Rowan que están paralizados porque nadie les pide llevar el mensaje a García, desaprovechando sus aptitudes y, por encima de ello, su actitud para contribuir a que la cadena de decisiones no anquilose el funcionamiento dinámico que la actual situación exige.