Salvo cuando estoy en la Iglesia, o reunido, o en la pantalla aparece “número oculto”, siempre que alguien me llame al móvil aunque no conozca el número, admito la llamada. ¿Curiosidad? ¿Buena educación? ¡Vaya usted a saber!.
Diálogo de besugos
En la última ocasión con impecable acento vallisoletano (el mejor acento español del mundo), la interlocutora me dijo que llamaba de parte de Movistar.
-Pierde usted el tiempo, señorita, yo ya soy cliente de Movistar.
-Por eso le llamo, Sr. García, porque usted es cliente de Movistar. Y le quiero ofrecer un nuevo servicio que su querido (¿?) proveedor de telecomunicaciones ha ideado para sus queridos (¿?) clientes: asesoría legal.
-Se ha confundido: soy, seguramente por inercia, cliente de Movistar, pero hasta el día de la fecha no he puesto ninguna querella contra ustedes.
-¡Por Dios! Nuestra asesoría legal no es para defenderse de nosotros, sino de los demás: un Ere, una multa de tráfico, un conflicto con la factura del hospital o en la comunidad de vecinos, en fin…
Veterinaria ‘El Corte Inglés”
En aquel momento bajaba en coche por el Paseo de la Castellana (Madrid) y vi un gran letrero que anunciaba la Clínica Veterinaria de El Cortes Inglés.
Me dije a mí mismo: “García, tranquilo, no pasa nada. Es lunes, brilla el sol y lo último que te apetece es ir a trabajar. Tantos factores han desquiciado tu cansada cabeza: Telefónica vende teléfonos, conexión a Internet, televisión y cine… Y El Corte Inglés vende de todo a los seres humanos, no a los irracionales…”
La llamada de Movistar se cortó ella sola, lo cual me dio tiempo para reflexionar, ya sin necesidad de prestar atención a la voz que insistía en la ventajas de a asesoría legal de Movistar.
Dura competencia
Como todo el mundo sabe, El Corte Inglés y Telefónica (Movistar) son dos grandes empresas españolas, con un pasado impresionante y un futuro incierto porque su entorno competitivo ha cambiado radicalmente. Siendo sus problemas parecidos, sus respuestas son muy diferentes.
El Corte Inglés se enfrenta competidores en sus negocios principales: alimentación (Mercadona, Dia, Carrefour…) y moda (Inditex, Mango, Desigual). Frente a ellos, el viejo almacén que fundara Ramón Areces, todavía tiene una presencia nacional envidiable, el valor de su marca y capacidad de expansión en otros negocios como viajes, telefonía, seguros… Y, como pude enterarme el otro día, hasta Clínicas Veterinarias.
Dicho eso no me habría sorprendido una llamada telefónica en la que me ofreciera los servicios legales made in El Corte Inglés. ¡Lo que no sean capaces de inventar estos tíos!.
Incapaz de adaptarse
Telefonica es distinto. Asediada también por la competencia de dentro y de fuera, que le han hecho perder millones de clientes nacionales, su principal estrategia ha consistido en comprar mercados/empresas exteriores, especialmente en Latam, mercados de alto crecimiento, como en su día lo fue el español.
Pero en los tiempos duros de mercado a la baja y competencia al alza, Telefónica se ha demostrado incapaz de reinventarse y convertir una empresa grande en conectividad/telefonía en una gran empresa que a través de su propia red vende servicios de valor añadido –es decir, aquellos de libre elección, que cobras fuera parte de la tarifa contratada.
No estoy hablando de fechas y números concretos, sino de tendencias que se han observado durante años, según puede comprobarse en los informes trimestrales de la Comisión Nacional de la Competencia en Telecomunicaciones.
Pero lo que nuca pensé es que Telefónica acabara usando sus líneas, sus bases de datos y sus calls center para comercializar servicios ajenos al teléfono. Y tan abtrusos como el de un asesoramiento legal… Si por lo menos fuera un cordero asado de Aranda, o unos percebes de Cedeira.