España es el tercer país más turístico del mundo. Cada año atrae a 60,6 millones de turistas. Al paso que vamos, este año vamos a tener otro récord y acercarnos al segundo, EEUU, con 71 millones de visitas al año. El primero es Francia, con 89 millones
He aquí la lista de cosas que la industria turística española hace muy bien, y otra lista de cosas en las que ‘necesita mejorar’.
Hace muy bien:
1. La combinación precio/calidad ha mejorado mucho: la crisis ha servido para que los empresarios hagan unas ofertas estupendas, lo cual combinado con los viajes low cost está llenando hoteles y restaurantes.
2. La comida ya no se limita al filete con patatas, pescaditos y sangría. Ahora, en muchos sitios ya hay degustaciones, nuevas tapas de diseño, y hasta en los hoteles con buffet hay chefs con mandil y gorro, que aunque solo sea por darle vuelta a los filetes de pollo, ya dan otra impresión.
3. Las infraestructuras que eran tan costosas ya sirven para algo: España tiene uno de los mejores sistemas de comunicación de Europa. Puertos, aeropuertos, autopistas, autovías, trenes de alta velocidad, de media velocidad, autobuses… Y eso sin hablar de las infraestructuras sanitarias, de las mejores del mundo, algo que agradece el turismo de la tercera edad.
4. Los chiringuitos se mantienen en pie: ha habido intentos de cargarse este patrimonio español. Nada tan vistoso y útil como esos chiringuitos a pie de playa que te permiten tomar una cerveza con los pies llenos de arena, y hasta una paella en familia. Una gozada.
5. El sistema de playas y de banderas azules es una garantía: un año tras otro, España es uno de los países europeos con más banderas azules gracias a un sistema de limpieza y cuidado llevado a cabo por los ayuntamientos y comunidades. Ejemplar.
Sin embargo, hay cosas que se podrían mejorar:
1. El inglés sigue siendo escasito. Muchos camareros españoles hablan un inglés de 50 frases. No más. Me parece estupendo el esfuerzo que han hecho, pero para ser un país tan turístico, deberíamos tener mejor inglés. Eso daría más puesto de trabajo a monitores, guías, animadores…
2. El turismo extranjero no sale de las costas. Tenemos unas costas soleadas increíbles. Pero nos estamos perdiendo la otra España. La Rioja donde nació en castellano y el euskara (San Millán por ejemplo); Asturias y su nueva oferta gastronómica de quesos; Extremadura con sus valles de cerezos… Hay miles de casas rurales llevadas por gente imaginativa y generosa. ¿Por qué no van a disfrutar de esto los guiris?
3. Las comunidades autónomas deben ayudar aún más a los empresarios. El turismo es un sector que se parece a un casino en el sentido en que el tiempo meteorológico te puede arruinar una inversión durante años. Todo lo que el Estado ayude, lo va a recuperar con el IVA. Por cierto, el Estado debe combatir la competencia desleal. Gente que alquila habitaciones en pisos no declarados como negocios. Hace mucho daño.
4. España está viviendo buenas temporadas turísticas en parte debido a que las agencias internacionales no se atreven a enviar turistas al norte de África. Pero el día en que cambie esa tendencia, tendremos duros competidores: sol, playa, precio y comida, de Marraquech a El Cairo. ¿Podremos ofrecer nosotros algo más?
5. Los turistas no se deben llevar solo la imagen de los pescaditos y la sangría. España en uno de los países con más monumentos considerados Patrimonio de la Humanidad. Tenemos al lado competidores de altura como Italia y Francia. ¿Lo estamos explotando bien? En Madrid tenemos la tumba de Cervantes. ¿Lo saben los hispanohablantes que visitan la capital? Deberíamos copiar a que han montado los ingleses en Stratford-upon-avon con Schakespeare.